lunes, 2 de abril de 2012

¿De qué sirve?

¿De qué sirve decirle al mundo lo que sentimos si nos escondemos detrás de una máscara de falacias? ¿De qué sirve poder hablar con medio planeta si no sabemos expresarnos ante quién tenemos delante? ¿De qué sirve buscar la felicidad lejos si somos incapaces de encontrarla cerca? ¿De qué sirve expresarnos con sinceridad para luego hipocratizar el planeta con nuestras lenguas viperinas? ¿De qué sirve quejarnos sin aportar soluciones? ¿De qué sirve establecerse unas metas en la vida si nos encadenamos a ellas? ¿De qué sirve querer volar libres si nos gusta vivir encadenados a todos aquellos que gustan subyugarnos? ¿De qué sirve hacer lo que más nos gusta si lo que venga a continuación será peor? ¿De qué sirve soñar en vano? ¿De qué sirve construir un futuro, si ya hemos destruido el pasado? ¿De qué sirve buscar amor si sólo se encuentra odio? ¿De qué sirve luchar por nosotros mismos si ni nosotros mismos sabemos por qué luchar? ¿De qué sirve creernos distintos, si somos todos iguales? ¿De qué sirve creernos todos iguales, si somos distintos? ¿De qué sirve sentirnos bien cuando alguien se siente mal? ¿De qué sirve ser el mejor en algo, si ya no tiene sentido mejorar? ¿De qué sirve el placer si luego llega el dolor? ¿De qué sirve, en definitiva, vivir? ¿De qué sirve?

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