jueves, 5 de abril de 2012

Sonríe

     Aunque el día sea gris, aunque las nubes cubran el limpio gigante azul, aunque la densa niebla te atrape: sonríe. No te desesperes, no sufras, no sucumbas ante la adversidad: sonríe. En esa recóndita y profunda chispa de esperanza, sí, en esa que lucha por sobrevivir, cuya voz no podrá ser jamás apagada, en esa, estás tú. Brillando con luz propia, iluminando el camino de cuantos han perdido el rumbo, de aquellos que no son capaces de encontrar atisbo de felicidad en ningún sitio, estás tú. La oscuridad no es algo que debas temer, las tinieblas no son óbice para que no puedas progresar; al contrario, son el comienzo de algo nuevo, algo esplendoroso, algo maravilloso que aún está por venir. Por eso digo: sonríe.

     Una cosa sí que voy a decir, y aunque peque de osado, quizás me vuelva pesado, pues hablo de tu porvenir; debes prestarme atención, no con leal devoción, sólo pido algo de atención: la vida no es terreno peligroso, tampoco una senda en la que confiar; pues ¿qué es?, te preguntarás. Ay, quién lo supiera, ¿quién lo sabrá? Nadie, sólo tú, capaz de dirigir, sentenciar, el rumbo de un velero que ha zarpado ya... Por eso digo: sonríe. Indefinido es el horizonte, límite por excelencia de algo que no tiene fin como es la vida. ¿Quién sabe lo que te encontrarás, o en qué ensenada te detendrás? Te contaré un secreto, algo que todos sabemos pero nadie se atreve a decir, siquiera mencionar: Esa persona, que otea el infinito como algo conocido, que avizora por igual lo cercano que lo lejano, que logra deshacer y rehacer los entresijos más ocultos, eres tú. Aquél que alumbra sin temor, aguardando la más temible desdicha, por afán de ver lo desconocido y querer ir más allá de lo que nadie ha visto u oído; sí, ése, eres tú. Por eso proclamo, aquí y donde haga falta, una simple idea surgida de entre las más complejas tesituras: sonríe.

     El miedo, el temor, la tristeza, la desesperación, son, en definitiva, sentimientos intrínsecos de cada ser, la cruz de la misma moneda cuya cara no solemos ver. No te dejes llevar por sentimientos que no merecen perdón, sentimientos desagradables por antonomasia, ya que dentro de ti, en alguna parte, aguardando está un profundo recuerdo que debo revelarte. Sí, la vida puede parecer dura si se mira desde abajo, pero atrévete a subir, trepa sin temor, ya que lo que te aguarda arriba no tiene comparación. Éstas son, en definitiva, mis palabras; tenlas en cuenta, pero no las tomes como ley. Úsalas con cabeza, ten conocimiento de causa, son meras directrices de alguien que pudo encontrarlas, no por que alguien se las dijese, o las oyese de algún sabio, no; son las palabras de quien encontró esperanza en su vida. Por eso digo, ¡exijo!, una única palabra que resume en sí toda esta parrafada: sonríe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario