sábado, 18 de febrero de 2012

La gran aventura de Al - Capítulo 1

     Esta es la historia de Al, un muchacho inteligente, simpático, con don de gentes, culto, gracioso, doctorado en análisis químico computacional y analítico, ojos marrones, musculado, guapo, metro ochenta y cinco de altura, abdominales de infarto, veintitrés centímetros de... En definitiva, un gran triunfador; pero no es el triunfador que todos se piensan, ni mucho menos, si no que tiene una historia muy particular...

     Al vive en un pueblecito llamado Libertigualfraternal, antigua colonia francesa, de venta en El Corte Inglés. Vive al lado del río, en un bonito prado de orquídeas. Por desgracia, Al es alérgico a las orquídeas, pero por suerte encontró un bonito lugar lejos de allí, aunque por desgracia no era bonito, pero por suerte estaba en el mismo pueblo, aunque por desgracia era debajo de un puente, pero por suerte tenía cáncer y moriría pronto, aunque por desgracia se estaba curando, pero por suerte su familia ya se había muerto, ya que el cáncer es muy contagioso. En definitiva, Al vivía a todo tren y más feliz que un anís feliz.

     Un buen día, a las cinco de la mañana, Al se despertó a causa del frío característico de agosto porque alguien le robó la manta que le había cubierto por completo hasta ahora. Evidentemente, eso le enojó  muchísimo, tanto que los ojos se le tornaron color rojo sangre y la temperatura corporal comenzó a subirle, aunque probablemente fuera a causa del cáncer. Cuando se hubo calmado, decidió ir a buscar su querida manta, aunque para ello tuviera que recorrer el mundo entero. Y es aquí cuando Al, sin saberlo, recorrerá por todos lados una gran aventura fantástica de la que no se podrá liberar.

     Aún era de noche cuando decidió partir de ese pueblucho de mala muerte, pero antes necesitaba prepararse a fondo para su larga travesía. Por fortuna, había por allí abierto un bazar chino donde conseguir de todo. Sacó de su harapiento bolsillo todo lo que había podido recolectar el día anterior con las limosnas: unas monedas, un mendrugo de pan, una botella de agua, las escrituras de un chalet, un par de llaves de no sabía qué y un maletín lleno de fajos de billetes de diversos colores. Salió del bazar con una cantidad ingente de objetos absolutamente indispensables para su camino, todo metido en el espacioso maletero de un flamante y elegante monovolumen negro y con todos los cristales completamente tintados que se acababa de comprar. Arrancó con un estruendoso rugido que desgarró y luego volvió a coser el silencio de la noche. Bajó las ventanillas y una ráfaga de aire calmado le acarició el rostro. Al pisó el acelerador a fondo y se fue a su aventura, la gran aventura de Al, ordenada cronológicamente en pequeñas lecturas fáciles de leer para los más pequeños y los estudiantes de la LOGSE.

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