jueves, 8 de marzo de 2012

Los pensadores del foro

     He aquí una bonita fábula con una moraleja importante: puedes guiarte según te diga tu mente, tus sentidos o tus sentimientos, sólo tú elijes a quién hacer caso (como si quieres hacer caso a los tres a la vez, ya ves tú). Además, tanto los nombres de los animales (Danonano, Andarara y Jaxx) como el nombre del lugar donde están (Plaza del Foro) no son más que guiños hacia un sitio web que frecuento (El Mundo de Rayman). Así que ya sabes, si conoces a Rayman y hablas castellano, ¡Ven!


     Érase una vez la historia de tres animales que eran muy amigos; se llamaban Danonano, Andarara y Jaxx. Danonano era un anciano búho que se pasaba día y noche observando todo aquello que pasaba alrededor suyo, sin perderse un sólo detalle. Por otro lado estaba Andarara, una rata hecha y derecha, con unas gafas de tamaño considerable y que siempre estaba rodeada de montones de libros; siempre tenía en la mano alguno, y a cada rato necesitaba estar estudiando algo. Por último, Jaxx era un jovencito mono muy inquieto, que siempre estaba de aquí para allá, tocando, oliendo y saboreando todo aquello que fuera nuevo para él. Un buen día, estos tres amigos decidieron ir a la Plaza del Foro para hablar, como de costumbre, sobre cómo veía cada uno el pueblo:
-Querida Andarara- comenzó Danonano -¿Cómo puedes decir que conoces mejor que nadie el pueblo, si no sales de tu casa o de la biblioteca? Eso es una contradicción en sí misma. Fíjate en mí, que paso día y noche observando todo lo que sucede en el pueblo, casi desde que tengo razón de ser.
-Tienes razón, Danonano, no salgo de mi casa más que para ir a la biblioteca y viceversa, pero tampoco necesito más. ¿Cuántos años llevas tú observando este pueblo? ¿Ochenta? ¿Noventa? Yo me sé de memoria más de trescientos años de historia de este pueblo.
-Puede que sí, pero no es la misma historia. De tanto leer en la penumbra, se te han quemado los ojos y eres incapaz de ver más allá de esas letras corrosivas en esos polvorientos libros. Seguro que ni siquiera sabes de qué color es el ayuntamiento.
-Desde luego no te falta razón, pero he de decirte algo: ¿Acaso te acuerdas de todos y cada uno de los detalles de lo que has visto hasta ahora, o sólo eres capaz de describir lo que ves? Como puedes comprobar, yo puedo decirte de memoria todo lo que he estudiado, aunque no repare en los detalles.
-Ninguno de los dos tenéis ni idea- intervino Jaxx -Al mundo no se viene a quedarse quieto para verlo pasar; hay que moverse e interactuar.
-No digas bobadas, tú aún eres muy joven para ponerte a observar al pueblo, no lo conoces lo suficiente- dijo Danonano -Respondiendo a Andarara, creo que te equivocas. ¿Qué prima a la hora de observar el pueblo, la cantidad de recuerdos que tenemos o la calidad de éstos? Querida amiga, ¿de qué te sirve de qué esté hecho el ayuntamiento si no sabes que es blanco? Cuando lo busques, no podrás localizarlo a simple vista.
-Danonano, en esa afirmación has pecado de gaznápiro. Puede que a simple vista no lo encuentre, pero yo ya sé que es el único edificio del pueblo hecho de granito y mármol. Por contra, edificios blancos hay en muchos sitios y te puedes confundir fácilmente.
-Claro que me puedo confundir, Andarara, pero por eso yo no me baso sólo en el color; mediante la observación he podido determinar el color, la forma, la textura, etc. hasta tal punto de relacionar suficientes características que individualmente no servirían de nada dado su carácter común con otros objetos, como tú muy bien has dicho, para poder discernir el ayuntamiento del resto de objetos.
-Sí, pero ¿de qué sirve sabérselo por fuera de memoria si no tienes ni idea de cómo es por dentro? Yo podría averiguar qué parámetros tienes en cuenta para distinguir el ayuntamiento y crear una réplica exacta para ti, para engañarte, y por dentro poner una panadería en vez del ayuntamiento en sí. Yo, en cambio, sé su composición, su localización, el año en que se construyó, etc. Sería imposible engañarme con una réplica.
-¡Silencio!- saltó Jaxx -Ahora me escucharéis atentamente: ¿No os habéis dado cuenta de que estáis diciendo lo mismo? Ambos habéis observado tanto el pueblo como el ayuntamiento, pero de diferentes formas. Yo, sólo acercándome, ya sé todo lo que vosotros habéis tardado en deducir sobre el ayuntamiento, pero con una diferencia: a mí sí que no me pueden engañar. Yo podría hacer una réplica exacta para Danonano o cambiar algunas características obvias que Andarara no vería. Yo, en cambio, no me baso en lo que veo, si no en lo que siento. Cada vez que me acerco al ayuntamiento me siento sobrecogido por su grandiosidad. Para encontrarlo, sólo necesito ir hasta el edificio que me haga sentir igual de sobrecogido. Además, nadie puede engañarme con algo que siento, excepto yo, obviamente. Por eso se puede engañar a cualquiera excepto a un ciego.

     Dicho esto, los tres amigos acordaron dejar aquí su conversación y retomarla en otro momento, después de reflexionar y razonar. Pero, ¿quién tiene razón, Danonano, Andarara o Jaxx? ¿O quizás los tres, o puede que ninguno, o a lo mejor sólo dos? Nadie lo sabe...

No hay comentarios:

Publicar un comentario