viernes, 2 de marzo de 2012

Anhelo

Me asomo por la ventana
y me fijo en tu radiante tez,
formada a partir de, tal vez,
la más fina porcelana.

Tu mirada penetrante
hace enloquecer mi corazón.
Ojos oscuros como carbón,
te quisiera aquí delante.

No sé si podré tenerte,
algún día o para siempre,
y entre mis brazos quedarte.

Desde el albor de la mente,
hasta el ocaso del alma,
me enamoro lentamente.

Unas líneas finas carmesí,
intensamente trazadas,
con tus sonrisas cazadas
que están enlazadas entre sí.

Sedoso manto azabache
reposa desordenado
sobre el hermoso acabado
de un rostro sabor guirlache.

No sé si podré tenerte,
algún día o para siempre
y entre sollozos quererte.

Desde el albor de la mente,
hasta el ocaso del alma,
te esfumas rápidamente
hasta convertirte en nada.

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