miércoles, 12 de marzo de 2014

Niño perdido

-Disculpe, señora, perdone que la moleste así, pero... hemos perdido a su bebé...
-¿¡Cómo!? ¿Y qué voy a hacer yo ahora sin mi hijo recién nacido?
-Bueno, en estos casos el hospital tiene previstas una serie de soluciones para remediar la situación. ¿Está interesada?
-¡Claro!
-Bien, vayamos con la primera solución; le presento a Ricardo, este muchacho tan joven y apuesto.
-Hola, Ricardo, encantada.
-Bien, Ricardo se encargará de fecundarla de nuevo, ofreciéndole además su bonificación de 2x1, por si siempre había soñado con tener gemelos.
-¡Oh, dios mío, claro que no! ¿No ve lo joven que es este muchacho? No quiero que me salgan los hijos negros.
-Bien, lo entiendo, señora, nadie quiere tener hijos negros. Bueno, pues vayamos con la siguiente solución; le presento a Rosa María.
-Hola, Rosa María, encantada.
-Bien, Rosa María se ofrece voluntaria para regalarle el primer hijo que tenga con su marido, con la condición de que usted la encierre en una torre gigantesca rodeada de espinos.
-¡Usted está loco! ¿Quién se cree que soy yo para tener una torre gigantesca rodeada de espinos? Mi torre sólo está rodeada de zarzas...
-Vaya, es una verdadera lástima... Bueno, qué le vamos a hacer. ¡Juan José! Ven aquí, chico. Señora, le presento a Juan José.
-Encantada de conocerle, Juan José.
-Juan José estudió arte dramático en la escuela de artes, y ha representado muchísimas obras de teatro archiconocidas, como por ejemplo Romeo y Hamlet, El conde de Montecarlo o Don Quijote de la Torralba. Él será el encargado de interpretar el papel de su hijo subvencionado por el hospital durante los próximos 18 años, a partir de los cuales tendrá que encargarse usted de pagar su cuota mensual.
-No se ofenda, caballero, pero fui a verle actuar en la obra de La casa de la Duquesa de Alba y no me gustó un pelo su actuación. Así que le diré que no, aunque le deseo mucha suerte para su próxima obra.
-Bien, señora, ya sólo nos queda una opción. Aquí le traigo a Dolores, madre de trillizos. Ella sólo quería tener uno de ellos, así que los otros dos los va a regalar. ¿Le interesa un precioso niñito rubio y con ojos azules?
-La verdad es que me tienta usted, doctor, pero no sé... ¿Y si sale algo mal? ¿Y si con el tiempo el niño se vuelve negro? ¿Y si cuando llegue a los 15 años se vuelve homosexual? No sé, no sé...
-Como decida usted, señora, yo no la voy a presionar. Puede irse de aquí sin niño o con niño, la decisión es suya.
-Mmmm... No sé, doctor...
-Piénselo con calma, aunque no nos queda apenas tiempo.
-Quizás debería pensarlo más tiempo...
-Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
-¡Qué diantres! ¿Hemos venido aquí a jugar o no? ¡Deme ese niño!
-¡Enhorabuena, señora, acaba de ganar usted un niño! Démosle un fuerte aplauso y demos paso a la siguiente embarazada, que tendrá que decidir con cuál de sus gemelos deberá quedarse y cuál deberá descuartizar.

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